domingo, 10 de julio de 2011
Es solo una promesa.
Todos hablamos mucho cuando nos cuentan cosas parecidas que les ocurre a otras personas. No sé por qué, pero nunca pensamos que puede sucedernos a nosotros y, en cambio, el dia menos pensado.. pam! te toca a ti, como si te hubieras traído mala suerte tú sola. Tienes que arreglar cuentas con tu orgullo y tus ganas de seguir con él, pero que coñazo!. Siempre he sido una negada en matematicas y además, en el amor no existen ecuaciones ni operaciones, no existe el contable de los sentimientos o el asesor financiero del amor. ¿Que ocurre, que hay que pagar un impuesto para ser feliz?. Si fuera verdad, lo pagaría a gusto... Lo peor de todo es que le echo de menos. Estoy en el puente, paro el coche y bajo, me acuerdo de esa noche, esos besos... veo nuestro candado y me acuerdo de cuando arrojó la llave. Era una promesa, ¿tan difícil era mantenerla?
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